El verano en Fontanar ofrece buenas y variadas alternativas
de ocio. Sacar partido del entorno donde estamos situados y aprovecharlo al
máximo es tarea fácil porque todo lo que nos rodea merece la pena ser vivido. Disfrutar
de un baño en el embalse de la Bolera es un lujo al alcance de todos y el
paisaje que lo rodea es una maravilla.
Dar un paseo en piragua por sus aguas tranquilas otro lujo muy asequible. Tomar
lo que la vida nos regala en cada momento es otra opción que nunca falla, dar
un paseo al atardecer, ver la puesta de sol en el mirador del Lirio, o esperar
paciente la llegada de las Perseidas y pedir
un montón de deseos. Fotografiar los lugares
o instantes que merecen la pena ser
recordados, otro lujo. Asar pimientos al caer la tarde y embotellarlos o hacer
conserva de melocotón imaginando el resultado sabroso y exquisito de una labor
tan tradicional y sencilla un lujo más.
Si se está en una casa-cueva , en este caso La Chamba, es
sorprendente comprobar el frescor del interior cuando el termómetro de la
terraza pasa la rayita de los 40º.Y no
sólo eso, el cobijo natural que ofrece una cueva invita a vivir más
sosegadamente, más en consonancia con la naturaleza. Las horas se estiran y el
día cunde, la hora de la siesta es otro lujo, para los que duermen o los que
prefieren aprovechar esos momentos para
sumergirse en la lectura de un libro, o
pintar o escribir envueltos en un
silencio fresco y relajante. Los pájaros dejan de canturrear y los gatos buscan desesperadamente las sombras
de las tapias. La noche es otro lujo, uno muy especial. Cenar en la terraza a
la luz de las velas, en compañía de buenos amigos, buena conversación y buena
música no tiene precio y para rematar el día tender una jarapa en el techo de
la cueva y tumbarnos para ver las
estrellas que salpican un cielo de azabache......
Si todo esto no son lujos es que estoy muy equivocada .
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